Cuando Lara
nació, su madre murió en el parto. El padre, al ver que no podía cuidarla él
solo, la mandó al bosque con su tía, y le dio una bola de cristal que podía
predecir el futuro. La tía, al decirle el padre que la bola era mágica, se la
guardó para sus propios beneficios. Cuando Lara llegó a los dieciséis años, ya
empezaba a sospechar que Teresa, (su tía),
le escondía algo. Un día, Teresa, se fue al mercado. Lara entró en su
habitación a curiosear, ya que nunca antes había entrado en ella, no vio la
alfombra de la entrada, y se tropezó. Al caer al suelo, vio la bola bajo la
cama y dijo: -¡Una bola mágica!, ¿Será esto lo que me ha escondido Teresa tanto
tiempo?- Atraída por ella, Lara cogió la bola y la consultó: -¿Me podrías enseñar
mi imagen dentro de un día?- En la bola salieron Lara y un príncipe guapo y
rico casados. Sin pensárselo dos veces, Lara salió corriendo al bosque en busca
d su príncipe, y cayó dentro de un pozo excavado por su tía. Cuando esta volvió
del mercado, y vio a Lara en el pozo, pensó: -Con esta en el pozo, ya no tendré
más problemas.- Se volvió a su casa sin más, Daba la casualidad de que el
príncipe paseaba por allí, y al oír los sollozos de la muchacha, la sacó del
pozo y la preguntó: -¿Qué hace una joven tan bella, metida en este pozo?- A lo
cual Lara contestó: -¡Ha sido mi tía!, ¡Quería que me pudriera aquí metida!-
Lara acompañó al príncipe hasta la casa
de Teresa, y este la desterró del reino. Un día después, tal y como había dicho
la bola, Lara y el príncipe Guillermo se casaron. Y se quedaron con la bola en
el castillo del príncipe para siempre.
FIN
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